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Manifiesto 8M: Mujeres rurales

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Las mujeres rurales representan más de un tercio de la población mundial y el 43% de la mano de obra agrícola. Estas mujeres garantizan la seguridad alimentaria de sus poblaciones y ayudan a preparar a sus comunidades frente al cambio climático.

Sin embargo, como señala ONU Mujeres, las campesinas sufren de manera desproporcionada los múltiples aspectos de la pobreza y pese a ser tan productivas y buenas gestoras como sus homólogos masculinos, no disponen del mismo acceso a la tierra, créditos, materiales agrícolas, mercados o cadenas de productos cultivados de alto valor. Tampoco disfrutan de un acceso equitativo a servicios públicos, como la educación y la asistencia sanitaria, ni a infraestructuras, como el agua y saneamiento.

La agricultura y la alimentación suponen más de 44 millones de puestos de trabajo en la UE. Solo el sector agrícola supone 20 millones de empleos. En Andalucía, alrededor del 8% del PIB según señalan las organizaciones agrarias.

Las mujeres rurales, en este sistema capitalista, tecnocrático y urbanocéntrico, hemos sido siempre doblemente marginadas, doblemente olvidadas: por ser mujeres y por ser rurales.

La incorporación de la mujer con plenos derechos (siempre trabajó en el campo, otra cosa es la invisibilidad y la falta de cobertura) para luchar contra una injusticia histórica y resolver la altísima masculinización del campo, así como la incorporación de mujeres jóvenes que garanticen el relevo generacional del campo. Las tasas de envejecimiento en el sector asustan: la media está por encima de los 45 años.

Estas son algunas de las desigualdades que sufrimos las mujeres rurales:

La presencia de mujeres en cargos de responsabilidad del medio rural es escasa. En las cooperativas, por ejemplo, las mujeres representan cerca del 25% de la base social, pero solo el 3,5% de los integrantes de los consejos rectores.

Las mujeres tienen menos explotaciones agrarias que los hombres y, además, las suyas son de menor tamaño, por lo que acceden a menos ayudas. En España, las mujeres representan el 37,3% de las personas perceptoras de las ayudas directas de la PAC, es decir, 279.815 mujeres frente a 470.397 hombres reciben esta ayuda. En cuanto a la cuantía, las mujeres también salen mal paradas: de media, las productoras perciben un 36,67% menos que los productores (3.483€ las mujeres frente a 5.500€ los hombres). Por último, Lo mismo ocurre con las ayudas para los programas de desarrollo rural: el diferencial económico entre géneros llega a un 23,66% de las ayudas, viéndose perjudicadas las mujeres.

Las mujeres rurales viven en primera persona la carga y la falta de reconocimiento del trabajo doméstico no remunerado. La “ayuda” y el “cuidado” se consideran nuestra obligación en muchos casos y son cargas más elevadas para las mujeres en los pueblos que en las ciudades debido a los escasos servicios con los que cuenta la población dependiente.

La brecha digital entre el mundo rural y el urbano perjudica las posibilidades de autoempleo y emprendimiento de las mujeres que viven en los pueblos.

Trabajo invisible: El trabajo de las mujeres en el sector primario todavía es, en muchas ocasiones, invisible. A pesar de que existe una Ley de Titularidad Compartida desde hace nueve años, los Gobiernos no la han impulsado en todo este tiempo. Por eso es tan importante la incorporación de pagos asociados a mujeres. Establecer, al igual que existe para los jóvenes, ayudas asociadas al pago básico para mujeres. Y, en la misma medida, que el pago básico sea percibido, proporcionalmente, por los dos cotitulares de la explotación para impulsar la ley de cotitularidad que tan pocos éxitos está recabando.

Las mujeres rurales queremos ser un ejemplo para las niñas del futuro, sean o no nuestras hijas o nuestras nietas. Queremos decirles que esta también es su tierra. Que esta cultura llena de animales, árboles, territorios y personas también es de ellas. Que de aquí venimos y es hacia dónde vamos. Porque no nos queremos ir. Porque creemos que otras formas de vida, de relación y de producción son posibles, más allá de este sistema explotador, y que nuestros márgenes tienen mucho que enseñar y que nutrir.

Red de Activistas Feministas de IU Andalucía. 

Modificado por última vez en Sábado, 07 Marzo 2020 18:21
Sábado, 07 Marzo 2020 18:10

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